La pintura para tela supone una de las técnicas más modernas y económicas con las que podemos renovar el look de muebles y telas en nuestro hogar y con la que podemos dar un respiro a nuestro bolsillo. La pintura para tela está presente en multitud de formatos, destacando los siguientes.
Pintura acrílica
Es una de las más fáciles de utilizar y es permanente cuando se la aplica a la tela y se deja que se seque. Basta con apoyar un trozo de tela de algodón previamente lavada sobre una superficie sólida. Pega los bordes con cinta de pintor o de enmascarar para que quede fija mientras trabajas. Diluye pintura acrílica con agua y pinta con la misma sobre la superficie. Aplicar la pintura con un pincel seco sobre la tela seca revelará las pinceladas, mientras que aplicar la pintura aguada sobre un trozo de tela mojada creará un efecto fundido de teñido. La elección de estilo es tuyo. Deja que la tela se seque al aire. Lávala en un ciclo suave para ablandar la pintura endurecida.
Resistencia y batik

Aerosol y salpicado
Utiliza esta técnica para trozos de tela grandes o pequeños, como sábanas y cortinas. Cuelga un trozo de tela sobre una pared exterior y protege el área circundante con lonas, periódicos o trapos. Llena una botella con pico de aerosol con agua teñida con tinte para tela o pintura acrílica. Rocía la tela al azar y deja que se seque. Repite este proceso con colores adicionales. Deja que cada aplicación se seque para evitar que se mezclen los colores y se vuelvan turbios.